Vivimos tiempos complejos. Crisis económicas, gobiernos tambaleantes, guerras, ideologías confusas, y una cultura cada vez más hostil a la fe cristiana. Hay quienes se angustian con cada nuevo titular y otros que simplemente se desconectan, cansados de tanto caos. Y en medio de eso, esta imagen, tan sencilla como poderosa, nos lanza una pregunta clave: ¿Dónde estás mirando tú?
Una persona, con los ojos puestos en el televisor, grita: “¡Estamos perdidos!”. Otra, con la Biblia abierta en sus rodillas, afirma con paz: “¡Estamos salvados!”. La diferencia entre ambas no es la realidad exterior. Es la fuente de su información… y de su fe.
No ignores lo que pasa… pero tampoco te sorprendas
Como creyentes, no estamos llamados a vivir en una burbuja espiritual ignorando la realidad. La Biblia no nos invita al escapismo. De hecho, Jesús mismo oró al Padre diciendo:
“No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del mal.” (Juan 17:15)
Vivimos en este mundo, y debemos estar atentos a lo que ocurre. Las decisiones políticas importan, la economía afecta a nuestras familias, la cultura influye en nuestros hijos. Ignorar eso sería irresponsable.
Pero también sería un error mayor vivir sorprendidos como si Dios no nos hubiera advertido que esto ocurriría.
Jesús, cuando habló con sus discípulos sobre los últimos tiempos, fue muy claro:
“Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.” (Mateo 24:6)
“Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.” (Mateo 24:7)
¿Te suena familiar? Porque lo que está pasando en el mundo ya estaba anunciado hace más de 2000 años. Nada de esto debería tomarnos por sorpresa. Sí, estamos en tiempos difíciles… pero no sin guía, y mucho menos sin esperanza.
El problema no es lo que ves, sino cómo lo ves
Jesús nos enseñó en Mateo 6:22-23 que:
“La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas.”
¿Dónde está puesto tu enfoque? Si solo ves lo que los medios te dicen, si tu perspectiva se basa únicamente en redes sociales, discursos políticos o noticias catastróficas, vivirás en oscuridad. Pero si tus ojos están puestos en la Palabra, en las promesas de Dios, habrá luz incluso en medio de la tormenta.
La televisión informa. La Biblia transforma
Mucha gente hoy está informada, pero no formada. Saben lo que ocurre en el mundo, pero no saben quién es Dios. Escuchan a los analistas, pero no conocen la voz del Buen Pastor.
Pablo nos lo advirtió en Romanos 12:2:
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…”
La transformación no viene de estar todo el día viendo noticias. Viene de llenar tu mente con la Palabra de Dios. La Biblia no niega las crisis, pero sí te enseña a enfrentarlas con fe, sabiduría y esperanza.
Las señales del tiempo no son para asustarte, sino para prepararte
Dios no nos reveló el futuro para generarnos miedo, sino para que estemos listos. En 2 Timoteo 3:1-5, Pablo describe los tiempos finales con detalles que parecen sacados del periódico de hoy:
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural…”
¿Te parece conocido? Todo esto está ocurriendo ahora. Pero nuevamente: no debería sorprendernos. La Biblia lo dijo. Dios lo advirtió. Y si Él nos advirtió, también nos equipó.
¿Miedo o fe? Tú decides
El miedo que hoy paraliza a muchos no viene de Dios. Pablo lo deja claro:
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (2 Timoteo 1:7)
Dios quiere que vivas alerta, pero no alarmado. Preparado, pero no asustado. Consciente, pero lleno de paz.
Nuestra esperanza está en lo eterno, no en lo terrenal
Los sistemas del mundo fallan. Los gobiernos cambian. La economía sube y baja. Pero Dios permanece fiel. Hebreos 10:23 lo dice así:
“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.”
En tiempos de crisis, muchos cristianos han perdido la brújula espiritual porque su esperanza estaba en el sistema… y no en el Salvador.
Lo que ves, afecta lo que crees
En Números 13, Moisés envía espías a reconocer la tierra prometida. Todos vieron lo mismo. Pero diez regresaron con miedo. Solo Josué y Caleb regresaron con fe.
¿Por qué? Porque unos vieron gigantes… y otros vieron a Dios.
En tiempos como estos, tú decides qué vas a ver: ¿los gigantes del sistema, o la fidelidad del Dios que nunca ha perdido una batalla?
Alza tu mirada
El salmista lo entendía cuando escribió:
“Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.” (Salmo 121:1-2)
Y Jesús, cuando habló de señales proféticas, dijo algo clave:
“Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguidos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.” (Lucas 21:28)
No bajes la cabeza por miedo. No la hundas en la arena por indiferencia. ¡Levántala! Cristo viene. Y si Él viene, entonces no estamos perdidos… ¡estamos más cerca que nunca de la victoria!
Cambia tu mirada, renueva tu esperanza
No se trata de negar la realidad, pero sí de verla desde una óptica eterna. Los titulares del mundo dicen: “¡Estamos perdidos!”. La Palabra de Dios dice: “¡Estamos salvados!”.
¿Dónde estás mirando tú?
Hoy, más que nunca, necesitamos creyentes que no se dejen arrastrar por el pánico ni por la manipulación mediática. Necesitamos hombres y mujeres que abran la Biblia con la misma urgencia con la que muchos abren Twitter. Que oren con la misma intensidad con la que otros se quejan en Facebook. Que proclamen: “Mi esperanza está en Cristo, no en el caos”.
Recuerda: lo que hoy ves, Dios ya lo dijo. Lo que hoy te angustia, Dios ya lo venció. Y lo que hoy te confunde, Dios ya lo aclaró en su Palabra.
Así que la próxima vez que el mundo grite: “¡Estamos perdidos!”, responde con fe: “No, estamos advertidos… y estamos en Cristo. Y en Él, estamos seguros.”

Daniel Marte, PhD
Daniel Marte es un reconocido académico y profesional con una destacada trayectoria en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Obtuvo su doctorado (Ph.D.) en la prestigiosa Universidad de Georgetown en Washington, D.C., y cuenta con dos maestrías: una en Administración Pública (M.P.A.) y otra en Administración de Empresas (M.B.A.) de la misma institución. Además, posee una Maestría en Sistemas de Información (M.I.S.) y un Bachillerato en Administración (B.B.A.) de la Universidad de Maryland, College Park.
A lo largo de su carrera, Daniel ha enriquecido su formación académica con certificados ministeriales de instituciones reconocidas, como las Asambleas de Dios, Berean School of the Bible y Global University. Actualmente, se desempeña como profesor en línea en la McCourt School of Public Policy de Georgetown University y el Departamento de Política de NYU-Wilf Family, donde imparte cursos especializados en Ciencias Políticas, Política Internacional y Política en el Medio Oriente.
La pasión de Daniel por la enseñanza se complementa con su dedicación a la investigación y la escritura. Es autor de un libro basado en su tesis doctoral, utilizado como texto de referencia en destacadas universidades de los Estados Unidos, como la National Defense University, National War College, Army War College, American University y la Ford School of Public Policy de la Universidad de Michigan, Ann Arbor.
Con más de 35 años de experiencia combinada en las fuerzas armadas y el Departamento de Estado de los Estados Unidos, Daniel ha trabajado en seguridad nacional e inteligencia, además de servir como asesor para los comités de inteligencia y defensa del Congreso de los Estados Unidos, abarcando tanto la Cámara de Representantes como el Senado.
Elizabeth Marte
Elizabeth, esposa de Daniel, es una destacada profesional de la salud con una sólida carrera en enfermería. Obtuvo su Bachillerato en Ciencias de la Enfermería (BSN) en la Universidad Interamericana de Puerto Rico y ha acumulado una vasta experiencia como enfermera registrada (RN) en hospitales y centros de diálisis. Actualmente, se encuentra en el proceso de comenzar sus estudios doctorales en Psicología Clínica (PsyD.) en la Universidad Albizu.
Compromiso con la comunidad y la fe
Daniel y Elizabeth son miembros activos de la Iglesia Movimiento Avivamiento Mundial (M.A.M.) en el Barrio Guerrero de Isabela, Puerto Rico, donde colaboran bajo la guía del Pastor Gabito Rodríguez. Su participación en esta comunidad de fe refleja su dedicación a integrar la espiritualidad y el servicio en todas las facetas de sus vidas, fortaleciendo tanto su compromiso académico como su ministerio.